—Verá, yo tengo una expresión acuñada desde hace años: Hay que pasar del estado del bienestar a la sociedad del bienestar. Hemos creado un estado recaudador, presente en cualquier servicio y con una presión fiscal muy fuerte. Y todo ello ha influido para que la sociedad no valore lo que cuesta ese bienestar. No podemos pensar que vivimos en un Estado-papá que lo cubre todo. Esto es imposible de garantizar y además cuesta mucho dinero.
—¿Usted es partidario de reducir el papel del Estado en nuestras vidas?
—Es que el Estado no debe de tener la pretensión de ocuparse de todo, porque acostumbra a gestionar mal y caro. En cambio la iniciativa privada suele funcionar bien y resulta más barata. Pero para esto, hay que creer en la sociedad. No se trata de eliminar el Estado, atención: porque el Estado es necesario para corregir; pero dándole peso a la iniciativa social.
—¿En todos los campos?
—Bueno, pues en la sanidad, por ejemplo. Desde luego el Estado debe garantizar a cada ciudadano el acceso libre a la sanidad gratuita; pero no tiene que gestionarla él obligatoriamente, porque supone un coste menor si se concierta con entidades privadas. Y lo mismo ocurre con la educación. Me pregunto qué pasaría si de golpe se cerraran las escuelas concertadas... Supongo que no habría capacidad suficiente de escolarización. Si la iniciativa privada ofrece esas plazas, garantiza la educación y los padres libremente la escogen... ¿para qué tiene que intervenir el Estado?. Se deberán construir escuelas públicas cuando la concertada no cubra la demanda.
—Pues se han levantado algunas voces pidiendo que se supriman las escuelas concertadas.
— Sí… Se trata de hacer la puñeta tanto como se pueda, en función del color ideológico.
Y después de leer esto pienso: esto es lo que querían votar los catalanes? esto es lo mejor para Catalunya? desmontar los servicios públicos porque son muy caros. Que no nos pase nada.
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