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viernes, 22 de febrero de 2013

NCIS 10X08-10X09


Estos 2 capítulos no van seguidos, juntos, como los 2 anteriores que formaban una sola historia, pero como el primero me ha parecido bastante light, pues lo voy a pasar un poco por alto.

Lo resumiré brevemente: intentan secuestrar a 2 chicas que son hijas de miembros de la marina, y uno de ellos muere, y se llevan a una de las chicas.
El capítulo en si es muy emotivo y emocional, de los que nos ponen alguno cada temporada, pero que no aporta nada a la trama general. Y ahí lo dejaré.

En cuanto al segundo, un inicio muy interesante con el intento de asesinato del Agente Fornell del FBI. Él cree que puede haber sido víctima de un robo ocasional, pero resulta ser que era un objetivo, puesto que su atacante, el Marinero Brown, de 22 años y recién llegado de su primera misión, tenía la matrícula de Fornell.

En mitad de la investigación aparece la ex mujer de Jethro y Tobías, que les miente sobre su trabajo, la acusan de obstrucción a la justicia y se la llevan para interrogarla. Descubren que ella usa dos alias, con los apellidos de sus ex maridos, Gibbs y Fornell.

Durante el interrogatorio, el Director ordena el fin de este, y revela que la señora Sterling es una agente investigadora de Hacienda, con rango de agente de la ley. Fornell le recrimina que use su nombre y que por su culpa han intentado matarle. Lo mejor es que los directores del FBI, NCIS Y Hacienda han decidido que los 3 agentes deben trabajar juntos para resolver el caso.

Es divertido el momento en que la Agente Especial Sterling le da a McGee sus claves para acceder a los archivos del caso, ususario dsterling y password Tobias tacaño.

La agente Sterling y Ziva encuentran pistas y un sospechoso, Oliver Lambert, un contable que va una vez a la semana a cobrar devoluciones falsas de Hacienda; McGee obtiene su ordenador y averigua que está vaciando sus cuentas. Gibbs y Fornell discuten quien debe hacerle hueco en su casa hasta que pase el peligro. Y McGee acaba siendo el elegido por habalar demasiado.

Después de una divertida escena, al llegar a recogerlos por la mañana, Gibbs y Fornell se quedan de piedra al descubrirles durmiento juntos en el sofá, abrazados. La cara de ambos es un poema. 

Encuentran la casa de Lambert y al llegar allí descubren el cadáver congelado de uno de los clientes del bar donde trabajaba el marinero.

En todo el NCIS se rumorea un affaire entre la egnte Sterling y McGee, y todos le hacen burla por eso.

Diane quier encontrar una pista que relacione el pescado congelado con Lambert y porqué, mientras Ziva intenta averiguar sutilmente si se acostó con McGee. Al fin encuentra la relación y ordena a Tobías que vuleva al FBI a investigar y a Gibbs que vaya a la sala táctica y se comunique con los agentes en esos países. Ambos se sorprenden de que ella les dé órdenes.

Abby encuentra teléfonos móviles ocultos en el interior de los pescados, todos del mismo lote, y sin activar, excepto uno, que hizo una llamada a Lambert. Y tiene su localización. 

Descubren que uno de los clientes de Lambert era un contrabandista y al ponerse al descubierto lo matan. Pero gracias a Abby y Diane, encuentran al contrabandista. El plan es introducirse en su entorno y hacerle hablar  para poder detenerle. Los infiltrados son Gibbs y Diane, y el entorno es una boda.

En mitad de la operación, cuando ella se ofrece a Boyle para ser su nuevo contable, aparece el hombre que les dio los datos de Lambert y pretende matarla, pero Gibbs interviene con una proposición de boda a Diane, que sirve como distracción para que Fornell y Ziva detengan a Lambert y sus socio.

El director Vance los felicita por el trabajo y les propone ser un grupo permanente en casos que involucren a las 3 agencias de nuevo, pero para entonces ya no están en el despacho.

En el epílogo me quedo con la frase final, cuando Diane le pregunta a Gibbs si tiene a alguien o va a estar solo el resto de su vida, y él responde que no está solo.

Un buen capítulo con sus dosis de comedia y de acción a lo que nos tiene acostumbrados la serie.


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