El caso de esta semana es un periodista muerto vestido de marino. El periodista investigaba temas de drogas en el ejército, y 4 de los soldados sospechosos del asesinato se autoinculpan, usando esa vieja táctica para que no puedan arrestarlos. Pero Gibbs decide encerrarles a todos hasta que pueda comprobar a cada uno de ellos.
Por otra parte, están vaciando el almacén para hacer limpieza, y recuperan objetos de misiones pasadas. Ya en el episodio anterior descubrimos que McGee era la mascota del M.I.T., un castor, a ver qué nueva sorpresa nos preparan.
Y por último, algo que nunca es buena noticia. El padre de Ziva está en la ciudad, y parece ser que viene de incógnito, pero nunca se puede confiar de las intenciones del jefe del Mossad.
Ziva informa rápidamenta a Gibbs de la presencia de su padre, y acuden a verle con el Director Vance. Crren que Eli quiere matar a su homólogo iraní para no perder su puesto de Director del Mossad. Pero aparentemente nada mas lejos de la verdad. Los directores de ambas agencias son amigos de la infancia y se han arriesgado a reunirse sin el conocimiento de sus superiores y piden ayuda a Vance para evitar una guerra.
En la oficina, Ziva ve las fotos del posible asesino del periodista y reconoce el gorro que llevaba su padre, pero no se lo menciona a sus compañeros, aunque Gibbs lo sospecha nada mas verle la cara.
Cuando ella se lo echa en cara a su padre, este le dice que fue un accidente, que no podía permitir que se supiera de su llegada al país y tuvo que hacerlo. Le pide que le acompañe a la cena en casa de Vance, y Ziva sale de casa enfadada por las palabras de su padre. Cuando está fuera, llama a Gibbs para explicárselo todo, y de repente la casa es tiroteada.
Ziva persigue a uno de los tiradores y le hiere, justo cuando llegan los demás agentes.
La mujer de Vance ha sido herida de gravedad, pero Eli ha muerto.
Todo el equipo está en el hospital esperando saber la situación de la señora Vance. El Secretario de Marina llama a Gibbs incesantemente, pero se niega a responderle. Finalmente, ella muere.
El Secretario de Marina está molesto por no haber sido informado de la presencia de Eli, y las consecuencias que esto va a tener cuando se sepa.
Tony busca a Ziva para ayudarla, pero ella solo quiere venganza.
El tirador se suicidó con cianuro, y tenía el higado lleno de tumores inoperables. No tenía nada que perder.
Todos ellos se van a concentrar en encontrar a quien haya ordenado el asesinato de Eli David y la señora Vance.
Se me hace raro ver a Greg Germann, el actor que interpreta al subdirector Craig, ya que se me viene a la cabeza el personaje que interpretaba en la serie Ally Mcbeal, y no lo puedo tomar en serio.
Gibbs localiza al director del VIVAC, gracias a un localizador que le puso en el abrigo en su encuentro con Eli, y le informa de la situación, para saber si es el causante o la próxima víctima.
Mientras McGee averigua la verdadera identidad del tirador, un ex soldado sueco y actual mercenario. Contacta con Gabi, una espía israelí, amiga suya, que coquetea con él y desdeña a Tony. Ésta les informa que se sabe que el Director David está en Estados Unidos visitando a su hija, y que hay un grupo pro-palestino que lleva años intentando deshacerse del Mossad y de su director. Están financiados por un millorario americano.
Tony no dejará de bromear sobre la posibilidad de que Timmy se lie con Gabi.
Vance se entromete en el interrogatorio al Gustafson y es obligado a coger la baja temporal.
Finalmente agentes del Mossad llegan al NCIS en busca de Eli, pero cuando son informados no aceptan fácilmente las órdenes. El Primer Ministro Israelí ha acordado con el Presidente que Gibbs encontrará a los responsables para que sean juzgados en Israel.
Bodnar, el agente enviado del Mossad, y protegido de Eli, descubre el verdadero motivo de la visita de Eli, y se enfurece más al saber que tienen detenido a Kazmi, porque no se puede confiar en él.
McGee consigue averiguar quien hizo el pago al mercenario sueco, y al preguntarle a Ziva por la traducción de una palabra, descubren que es Bodnar, que se dirige al apartamento de Tony, donde se encuentra Ziva.
Pero no aparece. se esfuma. Y finalmente, Kazmi acaba muerto también, junto a la posibilidad de establecer la paz entre israel e Irán.
Todas las agencias buscarán a Bodnar, y Ziva vuelve a Israel para enterrar a su padre, y Tony se despide ella, que al fina se abre y le abraza, mientras él le susurra en hebreo "No estás sola". Ella le responde "ya lo sé" y se marcha.
Unos capítulos muy emotivos, pero que me dejan cn la sensación de saber más sobre Bodnar, y sobre la tensión sexual no resuelta entre Tony y Ziva.
Hasta pronto.
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