Finch y Reese comentan los detalles de Abby, la persona en peligro, mientras están bañando a Oso.
Carter comenta con el Detective Beecher el caso de Davidson. Este comenta que quizá un agente de RRHH lo eliminó. En ese momento aparece el agente Donelly para hablar con Carter. Quiere volver a buscar al hombre del traje y le ofrece formar parte del caso como agente del FBI temporal, con posibilidad de que sea permanente. Carter se lo comunica a Finch.
Al parecer la chica en peligro ha descargado los planos de un edificio cercano a Wall St., y cuando Carter llega al lugar, John está allí como Marshall. A solas ella le recrimina que se haga pasar por agente, y él le dice que está al tanto de todo, y que quizá sería bueno que ella consiguiera el trabajo en el FBI. Ella se sorprende de que la escuchen a todas horas y Reese bromea sobre el detective Beeches. Carter les pide límites en relación a lo que hacen.
Carter informa a Finch y Reese de lo que encontrado y Finch se mete en su ordenador y lo controla y ella se sorprende y les recuerda que pide límites. Deducen que el que robó la moto es un exmilitar, que también robó explosivo y ahora tiene los planos, por lo tanto va a robar en el banco. Tendrán que encontrar a Abby.
John cree que puede ser un acto de terrorismo, pero Finch le recuerda que entonces la información habría ido al gobierno, no a ellos.
Reese va a seguir la pista del teléfono público y encuentra el piso de Abby.
Por su parte Finch descubre que Abby fue despedida del trabajo por robo.
Carter ha descubierto al ladrón, Coleman, un ex militar que perdió un brazo y fue a pedir ayuda a la fundación donde trabajaba Abby.
El señor Chappler, de la fundación, se reúne con dos hombres armados para que sigan a Finch mediante el GPS que le ha puesto en el bolsillo, pero Finch está al tanto y ha dejado el rastredor en un camión de lavandería.
Por la noche entrará en la fundación para ver qué oculta Chappler, y allí se encuentra con Coleman, y los deben deben salir del lugar, pero antes hackea el ordenador y Coleman accede a al caja fuerte. Finalmente huyen en moto bajo disparos.
Reese está en casa de Abby y la encuentra. Habla con ella y le dice que sabe lo de los planos y explosivos, ella le amenaza con su novio, y él le dice que eso espera. Coleman tiene a Finch y John le ofrece reunirse.
En la comisaría, Fusco aprovecha para intervenir el móvil de Beecher mientras habla con Carter. Presentía algo de este detective, demasiado cerca de Carter, y podemos comprobar que pertenece a RRHH, por la llamada de Alonzo Quinn, el jefe. Se van a reunir.
Fusco les sigue, pero Simmons le sorprende. Se amenazan mutuamente, pero este se sorprende de las agallas de Lionel.
Me parece bien que se haya rebelado, pero no le creía tan valiente. Espero que salga bien de esta y pueda ser un policía honesto, pero le va a costar.
Coleman y Abby se dirigen al banco a robar, y Chapple ordena que los maten.
Donelly se reúne con Carter y esta acepta unirse al FBI. Entonces le informa sobre el hombre del traje. Los federales han estado siguiendo el rastro de John durante 10 meses, en concreto las señales de teléfono, y han encontrado una señal que seguir, justo en el sitio del robo. Si usa otra vez el móvil, hay equipos SWAT preparado para capturarle.
Reese está cerca del banco y detiene a Coleman y Abby, y les pregunta qué piensan hacer con el dinero. Abby explica como quiso denunciar a Chapple y uno de sus mercenarios casi la mata. John quiere ayudarles, pero Finch dice que es peligroso, que deben dejarlo ahí.
Finch informa a John que ha detectado interferencias en sus comunicaciones y deduce que debe ser el FBI. Le pide que apague el teléfono y salgan del banco rápido. Con o sin ellos. Pero John no les va a dejar. Cuando consiguen la caja de seguridad de Chapple, ven que ha robado 20 millones de la caridad a los veteranos y que lo tiene en un banco en Venezuela, y en ese momento los matones atacan.
El FBI ha rastreado la señal de John y se dirigen al banco, pero Carter llama a Fusco para que le avise. Lionel avisa a Finch, que confirma sus sospechas y se dirige allí también.
Simmons se reúne con Quinn y acuerdan negociar con los rusos para entablar relaciones. También le informa que el FBI va tras el hombre del traje.
Finch está en el banco y tiene identidades falsas para ellos pero deben llegar al vestíbulo, cosa difícil sino consiguen deshacerse de los matones.
Todos están en el banco una vez llegan el FBI y Chapple.
Finch les da las acreditaciones a Abby y Coleman justo cuando entran los federales. Abby le da los datos de las cuentas y él les dice que pondrá el dinero en fundaciones de veteranos que sean honestas.
John no va a conseguir escapar, así que le da las gracias a Finch, destroza el móvil.
Cuando los agentes llegan al sótano se encuentran con 4 hombres trajeados y se los llevan.
Este capítulo me ha devuelto las esperanzas en los guionistas y le ha dado emoción a la serie, que, como comenté en la entrada anterior, había bajado mucho el nivel.
Me gustará ver el próximo capítulo, como interrogan a los trajeados, como intervendrá Finch para rescatar a John, o si este tendrá una crisis de identidad y decidirá que quiere dejarlo.
Espero con ganas los próximos episodios. Con muchas ganas, por que los enemigos de Finch y Reese aumentan por momentos: tenemos a Elias, RRHH, Root, Womack y ahora el FBI.
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